LEUCO A NESTOR KIRCHNER
Carta abierta al presidente de facto
Alfredo Leuco
Dr. Néstor Carlos Kirchner
S/D
Me dirijo a usted para exigirle y rogarle al mismo tiempo que se retire inmediatamente del lugar en el que se encaramó aprovechando una relación conyugal que no tiene nada que ver con la Constitución Nacional.
Es hora de que respete la sagrada investidura de la presidenta constitucional, Cristina Fernández de Kirchner, y que usted se vaya a donde el pueblo con su voto lo colocó: en la jefatura del Partido Justicialista. Salga de la Casa Rosada y deje de manchar con su veneno revanchista la gestión de su señora esposa y –aunque sea por un tiempo– haga un esfuerzo patriótico por escuchar algo más que su propia voz.
Atento al tamaño de su irresponsabilidad institucional y al peligroso lugar a donde ha llevado a todo el país, empezando por el Gobierno que dice defender, me permito sugerirle que se haga algunas preguntas que alguna vez le hará la historia y que –por ahora– no sabemos si lo absolverá.
¿Cómo hizo para transformar, una diferencia casi administrativa por un porcentaje de las retenciones en una pueblada que prácticamente no tiene antecedentes en la Argentina por su extensión territorial y su carácter espontáneo y masivo?
¿Qué lo llevó a alimentar a un sencillo dirigente rural como Alfredo De Angeli hasta convertirlo en una suerte de Perón de las clases medias rurales que, como si se tratara de un 17 de octubre, que salieron a las rutas para pedir la liberación de su líder?
¿Cuál fue el motivo oculto que tuvo para conspirar con tanta firmeza contra su propia esposa y hacerle pagar un costo político hasta límites difíciles de entender para cualquier persona en su sano juicio?
¿Quién le dijo que Lula, Tabaré Vázquez, Binner, Reutemann, Lavagna, Sabat, De la Sota, Víctor de Gennaro, Duhalde, Schiaretti, Eduardo Mondino, Macri, Carrió, Stolbizer y centenares de intendentes peronistas y radicales de todos los colores se convirtieron en sus enemigos y en golpistas, sólo porque toman distancias de su autoritarismo autista y tratan de aportar sentido común y contención institucional?
¿Cuántas veces se preguntó si no habría confundido el enemigo, el diagnóstico y el tiempo histórico? ¿Cometió algún error alguna vez? ¿Lo reconoció en público? ¿Pidió disculpas?
¿A qué intelectuales o militantes populares consultó para ampliar su mirada y tratar de comprender a un nuevo sujeto social que –de tanto humillarlo– usted despertó de su mansedumbre y lo empujó al borde del estallido social?
¿Nunca pensó en probar con una táctica diferente a la actitud mesiánica de responder siempre con nafta ante los incendios?
¿Ya expulsó de su lado al que le aseguró que si subía las retenciones no pasaría nada? ¿Fue la misma persona que le dijo que metieran preso a De Angeli, ya que tampoco pasaría nada? ¿O acaso fue un consejo que se dio a sí mismo? ¿Se permite dudar del espejo?
¿De verdad cree que esta rebelión de los pueblos del interior tiene como objetivo derrocar al legítimo gobierno de Cristina? ¿Afirma que el 25 de mayo en Rosario se juntaron 300 mil conspiradores y oligarcas? ¿Alcanzará la gendarmería para encarcelar a tantos? ¿Hay cárceles suficientes para albergar a pueblitos enteros sacudidos por movilizaciones que jamás en su historia habían visto?
¿Se dio cuenta del colapso irreparable que le causó a la economía argentina que usted mismo contribuyó a mejorar ?
¿Es consciente de que una sociedad fracturada es el peor de los escenarios, porque ni siquiera puede reconocer las decisiones correctas que usted tomó cuando fue presidente constitucional?
¿Leyó a Perón y a todos los estadistas que enseñan que una Nación debe tener a la paz social como primer valor compartido y que, sin esa base, nada se puede construir? ¿Sintió tristeza cuando chocaron violentamente ciudadanos uniformados y de civil escudados todos en banderas argentinas? ¿Registra la emergencia y el peligro trágico que todo esto implica?
¿Nunca entendió el abecé de la política, que dice que si usted descabeza a los dirigentes –como intentó hacer con la Comisión de Enlace o con la detención de Alfredo De Angeli y compañía– la gente se maneja en forma anárquica y se fomenta un todos contra todos? ¿Le preocupa esto o solamente demostrar quién es más guapo?
¿Sabe que hay que bucear mucho en la historia para encontrar a alguien que se haya ganado tantos enemigos en tan poco tiempo? ¿Y que no hay antecedentes de semejante conmoción social en momentos de bonanza? ¿Que todos los horrores que sufrimos los argentinos llegaron como consecuencia de una decadencia económica, pero nunca durante un momento de crecimiento como ahora?
¿Tiene calculado cuántos serán los ministros y gobernadores que se inmolarán con usted si mantiene el actual rumbo?
Finalmente, doctor Kirchner, con perdón del psicologismo barato, ¿no estará padeciendo el síndrome de abstinencia al estar por primera vez fuera del poder después de 21 años de ejercerlo casi como una adicción?
Ojalá comprenda que Cristina Fernández es la presidenta de todos los argentinos. Incluido usted.
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