04 septiembre 2008
EL ESTADO SOY YO
Por Martín Kanenguiser para lanacion.com
Jueves 4 de setiembre de 2008
_Nadie puede dudar de la importancia de la tarea de haber reconstituido la autoridad presidencial en un país que hace siete años desfilaba por un vacío de poder.
_Pero ese mérito no quita que algunas decisiones se toman como si la Argentina del 2008 fuera la Francia monárquica de Luis XIV, a quien se le atribuye la frase "El Estado soy yo" por su control absoluto del poder.
_Este tinte puede observarse en varias decisiones del Gobierno, pero el anuncio del Club de París es el último ejemplo claro en ese sentido.
_De lo contrario, no se explica por qué la Presidente no hizo participar a los funcionarios del Banco Central y del Ministerio de Economía del diseño de esta propuesta, que ya tropezó varias veces desde que fue lanzada hace 48 horas por defectos en su andamiaje legal y su difusión hacia el mundo.
_La presidente dio un número (US$ 6706 millones) mientras en el Ministerio de Economía todavía se trabaja para saber cuál es la deuda real y final con el Club.
_De ahí que el ente con sede en París ya haya salido a reclamar US$ 1200 millones más que los anunciados por el Gobierno.
_También la Presidente le ordenó al ministro de Economía pagar con reservas del Banco Central, pero las reservas dependen de esta entidad autónoma y su pago no está habilitado legalmente para un club informal que no tiene la categoría de organismo multilateral de pago.
_Por último -y tal vez lo más importante- este apuro por anunciar el pago dejó de lado requisitos básicos que permitan el éxito de la medida, como comenzar a ablandar a las agencias de crédito de los países acreedores para que, apenas se cancele la deuda, comiencen a destrabarse los préstamos para prefinanciar exportaciones y para obras de infraestructura.
_El apuro sólo se entiende por el hecho de que la Presidente no quiera admitir que el pago al contado supone el fracaso de la idea que quiso instalar el Gobierno en los últimos tres años de que podía haber un acuerdo con el Club de París sin que participara el Fondo Monetario Internacional, un atajo que no registra antecedentes en el mundo.
_Hay tiempo para corregir todos estos errores, siempre y cuando se entienda, de una vez por todas, que el Estado es la suma de varias personas pensando y articulando políticas, aunque una sola sea quien tome la decisión final.
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